¡¡¡Hola amigos de dos patas!!! 🐾
Hoy quiero hablaros de un tema que nos pincha un poco… literalmente: vacunas, desparasitaciones, pastillas, collares, gotitas en el cuello y todas esas cosas que hacéis para cuidarnos, aunque a veces no entendamos por qué.
Lo primero que quiero dejar claro es esto: no todos los perros necesitamos lo mismo, pero todos necesitamos una pauta de salud preventiva bien pensada. Y en eso, lo mejor es que os dejéis guiar por un buen veterinario, como Óscar o Carol, que además de saber un montón, tienen ese don de explicarlo todo sin que nos pongamos nerviosos (bueno, vale… un poquito sí).
**¿Qué vacunas son imprescindibles?**
1. **La Heptavalente**: protege frente a moquillo, adenovirus, parvovirus, parainfluenza, hepatitis y leptospira. Es una de las básicas, y se administra en cachorros y luego se refuerza periódicamente.
2. **La rabia**: en muchas comunidades es obligatoria por ley, y además es importante para proteger tanto a los perros como a los humanos. Se suele poner anualmente o cada dos años.
3. **Leishmaniosis**: si vives en zona de riesgo, como muchas partes de España, puede ser muy recomendable. No es obligatoria, pero ayuda a reforzar el sistema inmune frente a esta enfermedad tan puñetera.
4. **Tos de las perreras**: útil si tu perro convive con muchos otros (residencias, parques caninos, adiestramientos grupales). No es obligatoria, pero puede evitarte más de un disgusto.
5. **Canigen 2B** Aunque no es obligatoria es muy recomendable hasta los dos años de edad. Esta protege contra la cepa b del parvovirus.

**¿Y los antiparasitarios?**
Aquí hablamos de pulgas, garrapatas, ácaros y gusanos internos. Lo ideal es una protección combinada:
– **Externos (pipetas, collares o pastillas)**: hay opciones que cubren varios bichos a la vez. La frecuencia depende del producto (cada mes, cada 3 meses, etc).
– **Internos (desparasitación oral)**: se suele hacer cada 3 meses, aunque depende del estilo de vida del perro y del entorno. Algunos veterinarios ajustan la pauta si hay niños pequeños en casa o personas inmunodeprimidas.
**¿Y si no salgo mucho o vivo en ciudad?**
Pues aún así, no te libras del todo. Los bichos no entienden de códigos postales. En casa también puede haber pulgas, y los mosquitos urbanos no están de vacaciones. La prevención no es solo para los perros de campo. Es para todos.
**¿Hay pinchazos que sobran?**
Aquí hay mucho debate, y por eso es clave que cada caso lo valore el veterinario. Hay vacunas que pueden espaciarse más si los análisis muestran buena inmunidad. También hay protocolos individualizados para perros mayores o con enfermedades crónicas. Lo importante es no hacer ni por exceso ni por defecto: hacer lo justo y necesario.
**¿Cómo sé si estoy haciendo lo correcto?**
Muy fácil: pregunta. A tu veterinario de confianza. No te fíes del cuñado, ni de la peluquera canina, ni del del parque que lo vacuna todo “cada seis años porque está fuerte”. Y si algo no entiendes, pide que te lo expliquen. Óscar siempre dice que un buen veterinario no es el que más sabe, sino el que mejor te lo explica.

**Y por último, un consejo perruno:**
No nos gusta que nos pinchen, lo sé. Pero si nos das un buen premio, nos hablas suave y no te pones nervioso… lo pasamos mejor. Al final, somos valientes. Sobre todo si sabemos que lo hacéis porque nos queréis y queréis vernos sanotes, felices y sin bichos pegados al culo 🐾😉.
Aquí sigue Bailey. Aunque me haya vuelto invisible, mi rabo no ha dejado de moverse y mi voz ladra suave, desde las estrellas, para que nunca olvidéis cómo se ama a un perro.
¡¡¡Lametones a todos desde el otro lado de la correa!!! 🐶💛