La ansiedad es una emoción producida por la expectativa de que va a suceder algo desagradable y que no podemos hacer nada para solucionarlo, por eso puede aparecer de muchas formas.

Como ejemplo, un perro puede sufrir ansiedad por:

• Quedarse solo en casa
• Ir o permanecer en la sala de espera del veterinario
• Llegar a residencias caninas
• Ver como preparamos su baño y bañarle
• Ir en coche
• Tratar con otros perros o personas desconocidas
• Etc…

Cómo y cuándo aparece la ansiedad en los perros

La ansiedad ayuda a adaptarnos a situaciones novedosas y en ese caso, no hay problema alguno a que aparezca, pero si nuestro perro sufre de ansiedad en exceso o cuando no debería tener ansiedad o incluso se mantiene ansioso cuando ya debería de estar tranquilo (por ejemplo nosotros hemos vuelto de la calle y el perro sigue tenso y no consigue relajarse), en ese caso la ansiedad se convierte en un problema que debemos controlar y atajar porque lo único que hace es producir un sufrimiento innecesario a nuestro amigo.

Además si tenemos otro problema de comportamiento del perro, podría pasar que no respondiese a ningún tratamiento debido a niveles de ansiedad muy elevados, e incluso hay ocasiones en los que tratando la ansiedad, se corrigen esos problemas.

Muchas de las consultas que tenemos se refieren a la “Ansiedad por Separación” y los dueños nos cuentan que cuando tienen que dejar al perro solo en casa, este lo pasa fatal, se estresa, ladra, llora y aúlla durante mucho tiempo sin control y en muchas ocasiones muerde y rompe diversos objetos de la casa. Habitualmente, zapatos o ropa del dueño, el libro que están leyendo y casi siempre lo toman con ¡¡¡EL MANDO DE LA TELE!!! con el consiguiente peligro de romper las pilas y tragárselas, lo que nos obliga a una visita rápida al veterinario.

La ansiedad en los perros hace sufrir a los dueños también

Además, no solo el perro lo pasa mal, ¡también nosotros!

Nosotros nos preocupamos cuando nuestro compañero está preocupado y con miedos, y desde luego cuando sufre de ansiedad.

En estos casos muchas veces se plantea dejar al perro solo durante cortos espacios de tiempo, aumentándolos de forma paulatina, pero ¿quién puede permitirse esto cuando el lunes le tendremos que dejar solo 8 horas o más porque tenemos que irnos a trabajar? Evidentemente necesitamos otra forma de atacar al problema porque no podemos cogernos un mes de vacaciones para tratar a nuestro compañero. ¿Y qué sucedería si nuestro amigo recae? ¿otra vez nos pedimos vacaciones?

En nuestro programa para solucionar los problemas de ansiedad, pedimos la colaboración de la familia y cambios de rutinas, pero de una forma realista, sin necesidad de pedirnos días en el trabajo ni cambiando nuestra vida de forma radical.