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Guía para acariciar a un perro y no morir en el intento

¡¡¡Hola amigos de dos patas!!!

Hay gente que lleva conviviendo con nosotros mucho tiempo y entienden la forma de comunicar que tenemos. Saben si nos apetece saludar, si tenemos miedo, si queremos que nos den espacio… (a veces estamos cansados y queremos un poco de tranquilidad), pero no todo el mundo tiene experiencia suficiente para entendernos o que han aprendido nuestro lenguaje, por lo que me gustaría comentaros qué es lo que habría que hacer.

Simplemente hay que seguir los siguientes pasos:

1.- PREGUNTAR. El más importante y el que más se olvida. Nadie conoce mejor lo que nos gusta que nuestro dueño. Él sabe si nos gusta la relacionarnos con la gente, o con los niños, o que hoy sería mejor que nos dejasen tranquilos porque estamos enfermos o tenemos algún dolor. A los dueños de perros les encanta que la gente se acerque a acariciarnos, por lo que, si es posible, estarán encantados de que nos mimen y si hay algún comportamiento incompatible, también avisarán. Cuando mi dueño era pequeño tuvo un boxer que ladraba a todos los que vestían con un mono azul de trabajo. No se sabrá nunca el por qué, y ha llovido tanto que mi dueño no puede dar un diagnóstico de ese comportamiento, pero lo que está claro es que si vestías este tipo de mono ¡NO ERA BUENA IDEA acercarte a ese perro!

2.- DEJAR LA INICIATIVA AL PERRO. Es decir, dejarnos oler por él. Pese a que llevamos milenios como compañeros, el perro y el humano se comportan de forma distinta y sobre todo ¡Saludamos de distinta forma! 

Vosotros sois primates y la forma más íntima de contacto es un abrazo (pecho contra pecho) pero por el contrario con nosotros los cánidos eso indica agresión (también puede ser que juguemos a pelearnos, pero no lo hacemos sin conocer bien al otro perro).

La forma para no equivocaros es, de una forma calmada, dejarnos que os olfateemos la mano. Mucha gente nos ofrece el dorso de la mano mientras se colocan dándonos el lateral del cuerpo. Otros juntan ambas manos poniéndolas como si fuesen un cuenco para recoger agua y nos las acercan al hocico.

3.- VER NUESTRA REACCIÓN. Ok, el peludo os está oliendo, pero ¿cuales son las reacciones que podéis esperar?

  • Que os ataque y nos muerda. Si habéis seguido estas indicaciones las probabilidades son casi nulas (creo que nulas nulas, pero….)
  • Que os chupemos las manos. Bien, nos has caído bien. Podéis acariciarnos sin problemas. Queremos nuestros cariños y nos gustáis.
  • Que nos quedemos quietos. Esto suele pasar con perros ancianos. Lo que queremos decir es que nos dejamos acariciar, pero, ¡por favor!, ¡con cuidado! (estamos con un abuelito)
  • Que nos movamos y nos peguemos a vosotros. Aquí os estamos diciendo dónde nos gusta las caricias. ¡Venga!, aprovecharos de ello y rascarnos donde os indicamos. ¡¡¡Nos haréis muy felices!!! 
  • Que nos alejemos de vosotros. Esto significa que no queremos relaciones sociales con vosotros. ¡¡¡NO PASA NADA!!! Solamente que el peludo no quiere saber nada de vosotros. En este caso lo que debéis hacer es ¡Dejar en paz al perro! Os está diciendo que no le apetece estar con vosotros, ¡respetad su decisión! Quizá en un par de días le volváis a ver y que nos acerquemos por habernos respetado, pero seguro que nos acordaremos si nos agobiáis.

4.- ACARICIARNOS. Debéis mover la mano de la forma “Ricitos de Oro”, es decir, ni muy rápido ni muy despacio, ambas formas no son naturales e nos dicen que algo no está marchando bien y nos extrañaremos. Entonces debéis acariciarnos de una forma natural, (como estamos acostumbrados)

Y ¿DONDE?

No lo podéis negar, vais siempre a la cabeza. Y si bien a la mayoría de mis compañeros peludos les gusta, hay que tener claro que no es el mejor sitio si no nos conoces puesto que nos pedís una mayor confianza.

Cada perro es un mundo, y cada uno tiene sus preferencias, pero hay unas zonas que nos suele gustar más que otras:

  • El pecho
  • Palmear los laterales (especialmente en perros fuertes y/o enérgicos)
  • En las orejas (aunque no es buena opción hacerlo al principio de conocerles)
  • En la base del rabo
  • Y si nos tumbamos relajados y ofrecemos la tripa, pues ¡aprovechar, que nos has caído muy bien!

Y con esto, ya podremos iniciar una relación saludable y agradable tanto para vosotros como para nosotros.

¡¡¡Lametones a todos!!!

Caricias Bailey

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