¡¡Hola amigos de dos patas!!
Hoy quiero hablaros de algo que puede cambiar por completo la vida de un perro: cómo hacer que nuestro día a día sea mucho más rico y estimulante. Para muchos humanos, un paseo y un cuenco de comida parecen suficientes para tener un perro feliz, pero la realidad es que necesitamos mucho más. Nosotros no solo vivimos, también sentimos, exploramos y aprendemos. Y cuando nos falta estimulación, podemos aburrirnos, frustrarnos e incluso desarrollar problemas de comportamiento.
Pensad en esto: si vosotros tuvierais que pasar todos los días en casa, sin entretenimiento, sin novedades y sin nada que os motive, ¿no os volveríais un poco locos? Pues a nosotros nos pasa lo mismo. Un paseo rutinario donde siempre seguimos la misma ruta y olfateamos los mismos árboles no es suficiente para mantener nuestra mente y nuestro cuerpo activos. Necesitamos retos, novedades y formas de descubrir el mundo más allá de lo básico.
Una de las mejores maneras de enriquecernos es a través del olfato. Para vosotros, el mundo es visual, pero para nosotros, todo gira en torno a los olores. Dejadnos investigar en los paseos, permitidnos seguir rastros, explorad nuevos caminos. También podéis jugar con nosotros escondiendo premios en casa o usando alfombras olfativas para que busquemos la comida. Un simple ejercicio de olfateo puede cansarnos más que una larga carrera, porque nuestro cerebro trabaja sin parar descifrando los olores del entorno.
Otra forma fantástica de mantenernos motivados es enseñarnos trucos nuevos. No hace falta que nos convirtamos en artistas de circo, pero aprender comandos como “gira”, “toca”, o incluso habilidades útiles como recoger objetos o llevar cosas de un sitio a otro, nos hace sentirnos útiles y conectados con vosotros. ¡A mí me encanta cuando Nano me enseña cosas nuevas! Además, cuando aprendemos algo y nos felicitáis, nos sentimos súper orgullosos de haberlo conseguido.

El ejercicio físico también es clave, pero hay que variarlo. No todo es correr y jugar a la pelota (aunque eso mola mucho). También disfrutamos de circuitos de obstáculos, caminatas por terrenos nuevos o incluso pequeñas aventuras como nadar en un río (¡mi parte favorita!). Nano siempre dice que le pido permiso antes de meterme, pero en cuanto se despista (o finge despistarse, que nos conocemos), me lanzo sin pensarlo. ¡Es irresistible! Tanto es así, que ya tiene dos toallas en el coche solo para mí y una funda de plástico en los asientos traseros para evitar que todo acabe empapado. ¡Si es que me conoce demasiado bien! o trepar sobre troncos en el bosque. La variedad nos mantiene motivados y felices.
Y no nos olvidemos del juego libre. Nosotros, los perros, necesitamos tiempo para interactuar con otros de nuestra especie, para jugar, para correr sin estar siempre bajo control. Claro, siempre en un entorno seguro y con compañeros adecuados. Jugar con otros perros nos ayuda a socializar y a gastar energía de una forma sana.
Pero lo más importante de todo es compartir tiempo de calidad con vosotros. No hace falta hacer grandes cosas, a veces, simplemente sentarse juntos, hacer una sesión de caricias o darnos un masaje relajante puede ser lo mejor del mundo para nosotros. Nos gusta sentiros cerca, saber que formamos parte de vuestra vida más allá de los paseos y las comidas.
Por las noches, muchas veces Nano se sienta en el suelo y yo me acerco, me tumbo entre sus piernas y apoyo la cabeza en su pecho. A veces, me acaricia en silencio hasta que, sin darme cuenta, me quedo dormida. En esos momentos, siento que todo está en su sitio, que estoy segura y que no hay nada mejor que estar juntos. Esa conexión es la que realmente nos hace felices.

Así que, si queréis perros más felices, empezad a mirar más allá de la rutina. Un poco de variedad, algo de entrenamiento, tiempo de olfateo y juegos nuevos pueden hacer que cada día sea una nueva aventura para nosotros. Porque un perro que vive experiencias variadas es un perro equilibrado, satisfecho y, sobre todo, feliz.
¡¡Lametones a todos!!