¡¡¡Hola amigos de dos patas!!!
Hoy me pongo un poco más seria. Os voy a hablar de algo que me hizo pasarlo fatal. Y cuando digo fatal, digo de llorar, rascarme como loca, no dormir, no querer que me tocasen y estar completamente incómoda y dolorida. Os hablo de la temida dermatitis húmeda aguda, también conocida como hot spot.
Yo la he tenido dos veces, y no se lo deseo ni al gato del vecino. Las dos fueron detrás de la oreja, y la primera fue tan puñetera que tardó en curarse más de dos semanas. Así que hoy, en vez de contaros batallitas graciosas, os traigo un artículo más técnico, para que sepáis detectarla a tiempo, tratarla bien y, sobre todo, prevenirla. Porque sí, es muy puñetera, pero se puede controlar si se actúa rápido.
¿Qué es la dermatitis húmeda aguda?
La dermatitis húmeda es una inflamación aguda de la piel que aparece de forma súbita y avanza muy rápido. Se forma una lesión redonda, húmeda, enrojecida y muy dolorosa, que suele supurar y desprender calor. Por eso se llama también «hot spot» (punto caliente).
Suele empezar como un pequeño picor que el perro se lame o rasca. Pero en cuestión de horas, se convierte en un infierno: la zona se infecta, se agranda, y se convierte en una herida abierta, irritada, húmeda y muy molesta.
Yo me la hice las dos veces detrás de la oreja. En ambas ocasiones, empezó con un simple picor. Un rascado más fuerte y unas ganas horribles de lamerme, pero por muy larga que sea mi lengua no llegaba allí. Y cuando Nano, mi mejor amigo de dos patas, se dio cuenta, ya tenía una placa rojísima, con pelos pegados, pus, y una cara de sufrimiento que ni cuando me diste arroz hervido sin pollo.

¿Por qué aparece?
La dermatitis húmeda no aparece porque sí. Suele estar relacionada con un factor irritante inicial que provoca que el perro se rasque, lama o muerda la zona en exceso. Y ahí empieza el problema. Entre los factores más comunes están:
- Picaduras de insectos (pulgas, mosquitos, etc.)
- Alergias ambientales o alimentarias
- Heridas o rozaduras
- Humedad constante en la piel (por ejemplo, si el perro se moja y no se seca bien)
- Cepillado agresivo o nudos que tiran de la piel
- Ansiedad o estrés (lamido compulsivo)
También influye el tipo de pelaje. En razas de pelo denso y subpelo espeso (como Golden, Labrador, Pastor Alemán…), el calor y la humedad se quedan atrapados cerca de la piel, y eso es el caldo de cultivo perfecto.
Y sí, amigos: los labradores como yo estamos en el grupo de riesgo. Maldita sea.
¿Cómo se ve y qué síntomas da?
Una lesión por hot spot suele tener estas características:
Zona enrojecida, inflamada y húmeda
Pus o exudado amarillento
Pérdida de pelo en la zona
Borde bien delimitado
Mucho dolor al tacto
El perro se lame, se rasca o se muerde compulsivamente
Mal olor (por la infección bacteriana)

En mi caso, Nanonotó que yo estaba muy inquieta, que no quería que me tocase en una zona detrás de la oreja, y que tenía el pelo como pegado. Cuando lo levantó… ahí estaba: el horror. Una herida circular, supurando, caliente, roja, con aspecto de quemadura. Lo peor es que cada vez que me rascaba, lo empeoraba, y los perros que pueden lamerse en las heridas ¡¡Aún la empeoran más!!
¿Cómo se trata?
Esto es clave: hay que actuar rápido. Si lo pillas a tiempo, el tratamiento es sencillo. Pero si lo dejas pasar, puede extenderse muchísimo y causar una infección seria.
El tratamiento incluye:
- Corte de pelo alrededor de la lesión para que respire y se pueda tratar bien.
- Limpieza suave con antiséptico (clorhexidina suele ser la más usada).
- Aplicación de cremas antibióticas o antiinflamatorias tópicas.
- Si hay infección seria o mucho dolor, el veterinario puede recetar antibióticos orales o antiinflamatorios.
- Evitar que el perro se toque la zona: cono, camiseta, vendas bien puestas… lo que haga falta.
En mi caso, además de todo esto, Nano se pasó tres días durmiendo a mi lado para que no me rascara. Lo que viene siendo amor del bueno.
¿Cuándo ir al veterinario?
Siempre que:
- La lesión es grande o no mejora en 24-48 horas.
- Hay fiebre, apatía o signos de infección general.
- El perro no deja de tocarse la zona.
- No estás seguro de cómo actuar.
No lo dejes para mañana. Cuanto antes se trate, menos duele, menos se complica y más rápido se cura.
¿Se puede prevenir?
Sí, y es muy importante hacerlo si ya has tenido un episodio (como yo):
- Secar bien después de baños o chapuzones.
- Controlar las alergias y picaduras.
- Mantener el pelo limpio, sin nudos, bien cepillado.
- Revisar el cuerpo del perro con frecuencia.
- Evitar el estrés prolongado.
- Prestar atención a cambios de comportamiento: un perro que se lame más de la cuenta está pidiendo ayuda.
Reflexión final de perra veterana
La dermatitis húmeda no es una tontería. Es dolorosa, molesta, y puede amargarle la vida a tu perro durante días (o semanas, si se complica). Pero si la conoces, si sabes detectarla y si actúas a tiempo, se puede controlar perfectamente.
Yo aprendí mucho de mis dos batallas con esta pesadilla cutánea. Pero sobre todo aprendí que tener a alguien que te cuida, que te cura, que se sienta a tu lado aunque huelas a pus y tengas mal genio, lo cambia todo.
Así que, humanos: estad atentos. Porque a veces un simple lametón esconde un problema mucho mayor. Y nosotras, las perras buenas, también necesitamos que alguien nos diga: “tranquila, lo vamos a arreglar”.
¡¡¡Lametones a todos!!!