¡¡Hola amigos de dos patas!!
Hoy quiero hablaros de un tema que me toca el hocico muy de cerca… ¡el calor! Ese enemigo silencioso que llega con el verano y que a los perros nos puede hacer mucho, pero que mucho daño. Y lo peor no es solo el calor en sí, ¡no! Lo que más nos complica la vida son algunos errores bienintencionados que cometéis los humanos cuando intentáis ayudarnos sin saber que, a veces, lo que hacéis puede empeorar la situación.
Así que sentaos a la sombra, poneos cómodos y dejaos guiar por mí, Bailey, vuestra labradora de confianza. Vamos a ver cómo combatir el calor sin cagarla (con cariño, claro).
❌ ERROR 1: ¡Paseos a pleno sol del mediodía!
Queridos humanos, ¿por qué, por quéee decidís sacar a pasear al perro justo a las 14:00, cuando el suelo está tan caliente que podrías freír un huevo? Os lo digo con todo el amor del mundo: NO LO HAGÁIS. Nuestros cojinetes no están hechos para soportar temperaturas tan altas, y aunque algunos tenemos más aguante que otros, todos sufrimos cuando el suelo quema.
✅ La solución: Paseos a primera hora de la mañana y al anochecer. Y si tienes dudas, pon tu mano en el suelo durante cinco segundos. Si te quema, imagínate a mí.
❌ ERROR 2: “¡Vamos a la playa o al campo, que hace aire!”
El aire engaña, amigos. Solo porque sople brisita no significa que el perro no esté asándose por dentro. En verano, nuestro cuerpo no regula la temperatura como el vuestro. Nosotros no sudamos, jadeamos. Y si hace calor, ese sistema de refrigeración se queda muy cortito.
✅ La solución: Lleva siempre agua fresca para nosotros. Paradas a la sombra, y nada de correr como locos si hace más de 25ºC. Ni frisbees, ni pelotas, ni locuras. ¡Relajación total!

❌ ERROR 3: “Mi perro nunca bebe agua fuera de casa”
Ya… y luego vienen los sustos. El golpe de calor es más frecuente de lo que creéis. Si un perro no bebe, no se hidrata. Y si no se hidrata, el motor falla. Así de claro. Muchas veces nos ofrecéis agua en un cuenco metálico caliente o al solazo, y claro, ni nos acercamos.
✅ La solución: Agua fresca, sombra y un cuenco de viaje que no esté para freír bacon. Puedes llevar premios húmedos, como sandía (¡sin pepitas ni corteza!), calabacín frío o cubitos con caldo de pollo. A nosotros nos flipa.

❌ ERROR 4: “Lo dejo en el coche un minuto”
Esto está prohibidísimo. El coche se convierte en un horno en cuestión de minutos, incluso con las ventanas un poco bajadas. Los perros morimos así. Sin más. Parece exagerado, pero no lo es. Hay casos todos los años.
✅ La solución: Si no puedes llevar al perro contigo, déjalo en casa. Donde esté fresco, con agua y tranquilidad. No hay excusa. Ninguna.
❌ ERROR 5: Cortarnos el pelo como si fuésemos ovejas
Este es un error muy típico, sobre todo con razas de pelo largo. Pensáis que cuanto más corto el pelo, menos calor pasamos. Pero a veces, al rasurarnos, nos quitáis una capa que nos protege tanto del calor como de los rayos del sol. Resultado: calor, quemaduras y estrés térmico.
✅ La solución: Cepillado frecuente para eliminar el pelo muerto y dejar que el manto cumpla su función. Y si vais a cortar, que sea con sentido común y consultando con un buen peluquero canino.
❌ ERROR 6: Mojarnos el lomo sin mojarnos las patas
Nos echáis agua en la espalda y os quedáis tan tranquilos, pero… ¡eso no siempre ayuda! En algunos casos, si el agua no es fresca o no se moja también la zona de las ingles, axilas y almohadillas, no sirve para nada o incluso empeora la cosa creando un efecto sauna.
✅ La solución: Mojadnos bien por las patas, la barriga, el cuello y las axilas. Con agua fresquita, pero no helada (que no queremos un susto por cambio brusco de temperatura). Y si queréis hacerlo bien top, un bañito con la manguera a la sombra y luego a tumbarse en el suelo fresquito.

❌ ERROR 7: “Mi perro no se queja, así que está bien”
¡Claro que no nos quejamos! Muchos aguantamos el calor en silencio… hasta que ya no podemos más. El jadeo excesivo, la lengua muy roja, la apatía, el tambaleo al caminar o los vómitos son señales de alarma. Y cuando esas señales aparecen, ya vamos tarde.
✅ La solución: Observadnos bien. Cada perro tiene su forma de expresar el malestar, y nadie mejor que vosotros para saber cuándo algo no va bien. En verano, mejor pecar de precavidos.
🐾 BONUS: Ideas fresquitas que SÍ ayudan
- Alfombrillas refrigerantes (de esas que se enfrían solas o en la nevera).
- Heladitos caseros: yogur sin lactosa + fruta triturada + congelador = felicidad canina.
- Sombra, sombra y más sombra. No vale una sombrilla al sol a 40 grados.
- Evitar suelos abrasadores. Mejor césped, tierra o suelos sombreados.
- Juegos mentales en casa: Kong relleno y congelado, búsqueda de premios… para gastar energía sin achicharrarnos.
En resumen: el calor puede ser peligroso de verdad. Pero con cariño, sentido común y atención a los detalles, podemos pasar un verano maravilloso juntos. Así que, si me quieres, no me achicharres, ¿vale?
Nos vemos en la sombra, con un helado de sandía en la boca y la lengua fuera, pero de felicidad.
¡¡Lametones a todos!! 🐾🍉💦