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No todo es paseo: cómo crear una rutina emocionalmente rica para tu perro

¡¡¡Hola amigos de dos patas!!!

Aquí sigue Bailey. Aunque me haya vuelto invisible, mi rabo no ha dejado de moverse y mi voz ladra suave, desde las estrellas, para que nunca olvidéis cómo se ama a un perro

Hoy quiero hablaros de algo que puede cambiar por completo el día de un perro sin necesidad de acabar con las patas destrozadas ni con la lengua fuera de tanto andar: la rutina emocionalmente rica. Porque sí, aunque los paseos son importantes, no todo en nuestra vida peluda debería girar en torno a ellos. Hay muchas más formas de hacernos felices, equilibrados y conectados con vosotros.

Así que, humanos queridos, si estáis cansados, con poco tiempo o simplemente queréis ofrecer lo mejor a vuestro colega de cuatro patas, aquí os dejo mis mejores ideas para crear una rutina que nutra el cuerpo… y el corazón 🐶❤️ 🐕

🐕 1. El paseo como experiencia, no como maratón

No se trata de andar kilómetros como si fuéramos a Santiago. Se trata de permitir oler, explorar, decidir por dónde ir, y hasta sentarse un rato a mirar el mundo. ¿Sabéis lo que significa para un perro poder oler durante 10 minutos un arbusto? ¡Es como para vosotros leer el periódico del barrio, con cotilleo incluido!
Consejo de colega: Usad una correa larga (como la Flexi Giant, claro), evitad los tirones y dadnos un poquito de autonomía. Un paseo de 20 minutos bien olido puede ser más satisfactorio que uno de una hora sin parar.


🧠 2. Retos mentales que nos hacen sentir listos
No somos solo músculos y trufa. ¡También tenemos cerebro! Y nos encanta usarlo. Dedicar unos minutos al día a juegos de olfato, búsqueda de premios o resolver pequeños retos mentales nos agota de forma positiva y fortalece la conexión con vosotros.
Algunas ideas:
– Esconder trocitos de comida por casa o el jardín.
– Juegos de intercambio: «dame la pelota y te doy este trozo de queso».
– Usar juguetes interactivos o rellenables (como los Kong o alfombras de olfato).

🐾 3. Ejercicios de autocontrol (y no, no son aburridos)
Cosas como el “quieto”, el “espera”, o el famoso EsperaTuyo no solo sirven para que nos portemos bien… también nos ayudan a gestionar la frustración, aprender a esperar y entender que no siempre conseguimos todo al instante.
Convertidlo en un juego, con niveles, premios, y sobre todo con mucha motivación. ¡A nosotros nos encanta saber que lo hemos hecho bien y veros orgullosos!

🤝 4. Vínculo, cariño y momentos tranquilos
No subestiméis el poder de tumbarse juntos, acariciarnos despacio o simplemente estar presentes. Muchos humanos se obsesionan con hacer, hacer y hacer… y se olvidan de ser y estar. A veces, lo que más nos llena es ese ratito en el sofá con tu mano en nuestra panza.

Yo, por ejemplo, tengo un momento favorito del día: cuando llega la noche y mi mejor amigo de dos patas se sienta en el suelo con las piernas separadas, y yo me tumbo entre ellas con la cabeza apoyada en su pecho. Ahí, entre sus brazos, me hace mimos despacito. Me acaricia las orejas, el cuello, el lomo… Y muchas veces, sin darme cuenta, me quedo dormida. Porque en ese instante no existe nada más en el mundo. Solo el amor, el calor, y esa conexión silenciosa que lo dice todo.

📺 ¿Vas a ver una peli? Perfecto. Yo me acurruco a tu lado y ya tenemos un planazo emocional. ¡Y sin gastar ni una caloría!

🎶 5. Estimulación sensorial sin moverse del sitio
Podéis poner música suave (¡sí, hay estudios que dicen que preferimos el reggae y la música clásica!), dejar que entre el aire por la ventana para oler el mundo o usar difusores con olores suaves y seguros para perros.
También nos gusta observar desde la ventana o desde un punto alto. ¡Que no podamos hablar no significa que no nos interese el cotilleo del barrio!

🦴 6. Masticar es meditar
La masticación no es solo placer… es relajación, liberación de endorfinas y salud dental. Darnos un buen mordedor natural (como un hueso de piel prensada, un queso chhurpi o un palo de olivo) nos mantiene ocupados y felices sin mover ni un dedo… bueno, ni una garra.

🐶 7. Libertad de elección: el poder de decidir
¿Sabéis lo frustrante que puede ser no poder elegir nunca nada? Ni cuándo jugar, ni qué hacer, ni con quién interactuar. Pues eso es lo que les pasa a muchos perros a diario.
Una rutina emocionalmente rica debería incluir momentos en los que podamos elegir. Por ejemplo:
– ¿Qué juguete quieres?
– ¿Prefieres este camino o este otro?
– ¿Te apetece venir o prefieres quedarte?
Sentirse escuchado también es bienestar.

🛏️ 8. El descanso no es tiempo perdido
Dormir y descansar bien es una parte esencial del bienestar emocional. Un perro cansado, nervioso o sobreestimulado se convierte en un perro irritable o apagado. Aseguraos de que tengamos un lugar tranquilo donde dormir sin interrupciones y donde podamos retirarnos si necesitamos estar solos.

Zzz… 😴

🐾 En resumen…
Una rutina emocionalmente rica no tiene por qué incluir sesiones maratonianas de actividad. Basta con mirarnos más, escucharnos mejor y ofrecernos variedad, calma y pequeños retos diarios. El bienestar emocional está en los detalles: en un paseo bien olido, en un rato de mimos, en un juego que nos haga pensar, en una siesta a tu lado.

Recuerda, Nano, que lo importante no es cuánto hacemos, sino cómo lo vivimos.

¿Te animas a probar alguna de estas ideas hoy mismo? Estoy segura de que tu perro moverá la cola… ¡y el corazón!

¡¡¡Lametones a todos desde el otro lado de la correa, mirándoos desde arriba!!! 🐶💛

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