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Alerta silenciosa: señales de que tu perro no está bien (aunque parezca feliz)

¡¡¡Hola amigos de dos patas!!! 🐾


A veces, los humanos nos veis mover el rabo, acercarnos a saludar o incluso jugar un ratito y pensáis que todo va bien. Pero lo cierto es que muchos perros, aunque parezcamos contentos por fuera, por dentro llevamos una mochila de piedras que no sabéis que cargamos. Hoy quiero hablaros de esas señales silenciosas, sutiles, que indican que un perro no está bien emocionalmente… aunque sonría con la lengua fuera.

Porque sí, los perros también sonreímos para disimular. Para que no os preocupéis. Para que no nos regañéis. Para sobrevivir en entornos que nos superan. Así que prestad atención, porque os voy a contar cosas que pueden salvarnos el alma —y en algunos casos, la vida—.


1. **Exceso de calma en perros que eran activos**
Si tu perro era juguetón, curioso, inquieto… y de repente se vuelve tranquilo “como nunca antes”, no lo celebres todavía. Esa calma puede ser resignación, apatía o incluso tristeza profunda. La depresión en perros existe, y no siempre se presenta con llantos o lamentos. A veces, se presenta en forma de silencio.

2. **Dormir más de lo normal**

Dormir es sano. Pero si tu perro pasa el día entero durmiendo, especialmente si antes no lo hacía, puede estar evadiéndose del mundo. Igual que hacemos algunos humanos cuando todo nos supera. No lo tomes como un simple “se hace mayor”. Observa bien.

3. **Apatía ante los paseos o la comida**
Si tu perro no se emociona con el arnés, o deja de correr hacia el comedero como antes, puede estar pasando algo. Y no siempre es físico. El malestar emocional también apaga el entusiasmo.

4. **Evita el contacto físico o se pone tenso cuando lo tocas**

Algunos perros se hacen invisibles cuando están mal. No ladran, no muerden, no protestan… pero se encogen, se tensan, se vuelven “bien educados”. Eso no es obediencia: es miedo o dolor escondido bajo una conducta inhibida.

5. **Se vuelve excesivamente dependiente o ansioso**
Si tu perro no puede estar solo ni un minuto sin llorar, destruir cosas o entrar en pánico, hay sufrimiento. No lo dejes pasar, porque no se va a ir solo.

6. **Se lame en exceso ciertas zonas**

Como forma de autorregulación, muchos perros se lamen compulsivamente. Las patas, los costados, incluso se hacen heridas. No es un tic sin importancia. Es su forma de decir “no estoy bien”.

7. **Cambios sutiles en su mirada o expresión facial**
Esa mirada que ya no brilla. Esa cabeza siempre baja. Esa cola que no se mueve como antes. Tú lo sabes. Lo notas. Aunque no sepas explicarlo, tu corazón lo detecta.


Lo que quiero que entendáis, amigos de dos patas, es que no siempre los perros tristes parecen tristes. A veces seguimos haciendo cosas que os gustan, porque os queremos. Porque os leemos. Porque llevamos años observándoos y sabemos qué esperáis de nosotros. Pero eso no significa que estemos bien.

Por eso, si algo te huele raro —aunque no sepas qué—, no lo ignores. Pregunta, investiga, acude a un adiestrador que sepa leer emociones caninas. Visita al veterinario. Haz lo que harías si quien empieza a estar apagado fuese tu mejor amigo humano. Porque nosotros también lo somos.

Y si te cuesta identificar estas señales, no te sientas culpable. A veces están muy bien disimuladas. Pero si has leído hasta aquí, es porque te importa. Y eso ya es el primer paso para vernos de verdad.

Recuerda que los perros no somos robots. No venimos programados para ser felices siempre. Pero si nos escucháis de verdad —con los ojos, las manos y el alma—, podéis ayudarnos a recuperar la alegría. Esa que sí se nota. Esa que sí es real. Esa que no hay que fingir.


Aquí sigue Bailey. Aunque me haya vuelto invisible, mi rabo no ha dejado de moverse y mi voz ladra suave, desde las estrellas, para que nunca olvidéis cómo se ama a un perro.

¡¡¡Lametones a todos desde el otro lado de la correa!!! 🐶💛

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